En el día de hoy os vamos a proponer una experiencia en la que los pequeños podrán dar rienda suelta a su imaginación y poner a prueba gran parte de sus sentidos. Esta actividad trabaja contenidos diversos como los colores, la psicomotricidad fina (al experimentar con sus manitas y manipular los espaguetis), conceptos matemáticos como largo y corto (algunos espaguetis al romperse quedarán más cortos que otros y podemos compararlos), trabajar los sentidos y las sensaciones que nos provocan (el tacto húmedo, frío, etc.) y la creatividad.
Teñir pasta es un proceso muy sencillo que os explico a continuación.
Necesitaremos lo siguiente:
- Espaguetis previamente cocidos (que no quede muy blandos)
- Bolsas de plástico con cierre hermético. El tamaño de las bolsas depende de la cantidad que vayamos a teñir.
- Colorantes para alimentos, os recomendamos tener varios colores. Mientras más tengamos más posibilidades de colores distintos ya que podremos mezclarlos entre sí.
- Cuencos/bandejas de plástico/bolsas de basura/sabanas.
Para prepararla el proceso que debemos seguir es bien sencillo:
1- Cuando tengamos la pasta hervida y fría, los peques introducirán las cantidades que desean teñir dentro de las bolsas herméticas y, a continuación, con ayuda añadirán unas diez gotas del colorante elegido. La intensidad del tono dependerá de las gotas que se utilicen (si lo queréis más intenso sólo debéis añadir algunas más).
2- Una vez todo dentro, cerramos bien la bolsa y se la entregamos a los niños para que la muevan y así conseguir que el color se reparta bien, impregnando toda la pasta.
3- Sacamos el aire de la bolsa y dejamos que repose como mínimo dos horas para que coja bien el color. Podemos ir removiendo de vez en cuando para que se reparta de manera uniforme.
4- Cuando tiene el color deseado, sacamos la pasta de la bolsa y la extendemos en una bandeja sobre papel absorbente y la dejamos secar durante la noche.
Por la mañana tendremos lista nuestra pasta de colores para crear nuestro arco iris sensorial. Solo tendremos que ponerla como más nos guste, en recipientes de plástico, extendiendo una sábana en el suelo, en bolsas de basura abiertas y creando pequeños montículos de pasta, sobre una bandeja...
A partir de ese momento, los niños ya pueden experimentar dando rienda suelta a su imaginación. Ya veréis que, aunque a simple vista parece que los niños solo se limitan a tocar espaguetis de colores, lo que pueden aprender con esta actividad es mucho más.